Con incongruencia nos referimos a las diferencias entre lo que sentimos, pensamos y hacemos.

Estos debates internos nos llevan a juzgarnos por no percibirnos con la congruencia que esperamos como seres racionales. Sin embargo, ¿Seríamos igual de adaptativos si todas nuestras decisiones fueran tomadas desde la razón?. Definitivamente, no. Somos seres racionales y emocionales y, por ello, surgen infinitas incongruencias.

En múltiples ocasiones, identificamos la duda y la flexibilidad como signo de debilidad. No obstante, es un proceso del cual podemos aprender a que no somos tan perfectos y que, en lugar de exigirnos a cumplir un patrón de perfeccionismo y congruencia, lo más adaptativo es fomentar la autoaceptación para permitir integrar nuestras dimensiones (congruentes o incongruentes).

Según Albert Ellis, psicoterapeuta cognitivo y creador de la Terapia Racional Emotiva Conductual lo define así: “La autoaceptación hace referencia a que la persona se acepta a sí misma de forma plena y sin condiciones, tanto si se comporta como si no se comporta de forma inteligente, correcta o incorrecta, y tanto si los demás le conceden o no su aprobación, respeto y amor”.

  • Aceptarnos significa valorarnos sabiendo que no somos perfectos.
  • Aceptarnos no significa que no sea necesario cambiar o matizar aspectos propios que no nos gustan, nos impiden conseguir lo que queremos o generan problemas conmigo o con las demás personas.

Modificar estos aspectos es positivo pero, antes, vamos a aceptarnos y querernos como somos.   

 

 

 

 

354 Responses

Leave a Reply