Muchas de las exigencias autoimpuestas, los mensajes autocríticos y los incontables “debería” son consecuencia del rol que desempeñas en tu familia.

Quizá te identificas…

  • Aprendiste a mantenerte al margen para no causar problemas

  • Eres una persona complaciente que sabe cómo cuidar a los demás

  • Ayudabas a gestionar momentos difíciles

 

  • Ejerciste el rol de padre/madre en la familia

  • Fuiste el apoyo emocional de la persona adulta

  • Sentías más complicidad con personas mayores que tú que con los de tu edad

 

Tu gestión emocional se valora positivamente pero, a veces, significa reprimir tus necesidades para no desequilibrar el sistema familiar.

La terapia individual y/o familiar ayuda a poner en perspectiva la historia familiar y, lo más importante, permitirte ser vulnerable para gestionar tu pasado, presente y futuro de manera adaptativa.

www.anareciopsicologia.com

 

 

 

 

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