Las emociones son una fuente muy poderosa para comprender nuestra realidad y tomar decisiones acertadas. Sin embargo, ante ciertas situaciones, nos dejamos llevar por ellas y resultan no ser la mejor estrategia adaptativa.
Si entendemos que las emociones no se convierten en hechos irrefutables, podemos emplear estrategias de regulación emocional para mantener, intensificar o reducir nuestra reacción y elegir cómo responder.
Si identificas que estás tomando una decisión importante sin ahondar en la razón, tómate un momento y reflexiona estas tres preguntas:
- ¿Crees que las emociones están basadas en hecho verídicos?
- ¿Cómo te estás sintiendo por experimentar esa emoción?
- ¿Examinas tus emociones en relación al contexto antes de tomar una decisión? (¡Esto es lo que debemos potenciar!)
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