¿Por qué no tengo ganas de tener relaciones con mi pareja?

A veces, la falta de deseo sexual en la relación puede generar dudas, frustración o incluso preocupaciones en el vínculo de pareja.

Sin embargo, la disminución del deseo es bastante común y puede estar relacionada con una serie de factores externos y personales que van mucho más allá de la relación en sí.

Algunas de las causas más habituales son:

🔹 Estrés y agotamiento: Vivimos en un mundo lleno de demandas. El trabajo, las responsabilidades y el constante estado de alerta pueden hacer que nuestro cuerpo y mente simplemente no tengan espacio para el deseo.

🔹 Carga mental y emocional: Cuando llevas en tu mente una lista interminable de tareas o preocupaciones, es difícil estar presente para disfrutar de la intimidad. La presión de cumplir con todo puede bloquear el deseo.

🔹 Tratamiento farmacológico: Algunas pastillas, incluidas las anticonceptivas, pueden influir en nuestros niveles hormonales y, por ende, en nuestro deseo sexual.

🔹 Cambios hormonales, lactancia y crianza: Después del embarazo, durante la lactancia o a medida que envejecemos, los cambios hormonales pueden impactar en cómo nos sentimos respecto a la intimidad.

🔹 Monotonía en la relación: Cuando llevas mucho tiempo en una rutina con tu pareja, el deseo puede disminuir. Las mismas actividades, las mismas dinámicas, pueden llevarnos a una zona de confort que, a largo plazo, afecta la conexión sexual.

🔹 Problemas o dificultades de pareja no resueltos: Los pequeños conflictos, rencores acumulados o discusiones no habladas pueden distanciar emocionalmente y, con el tiempo, impactar el deseo físico. La intimidad comienza en lo emocional.

¿Y ahora qué?

Si sientes que esta situación ha durado demasiado o te está generando malestar, es importante no ignorar lo que estás viviendo. Hablar con tu pareja es siempre el primer paso: compartir lo que sientes, sin culpa ni vergüenza, puede abrir el camino a soluciones conjuntas.

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